La palabra «alcazaba» proviene del árabe القصبة (al-qasbah), que significa «la fortaleza». Es un término que se utiliza para referirse a un tipo específico de fortificación militar utilizada en la Península Ibérica y el Magreb durante el período de dominación musulmana. Estas construcciones eran esenciales para la defensa de ciudades y puntos estratégicos, y hoy en día, las alcazabas son testimonios imponentes de la rica historia y la arquitectura islámica en estas regiones.
Las alcazabas se caracterizan por sus gruesos muros y torres de vigilancia, diseñadas para proteger a los habitantes de los ataques externos. Además de su función militar, estas fortalezas a menudo contenían dentro de sus muros residencias, mezquitas, y baños, convirtiéndolas en pequeñas ciudades fortificadas autónomas.
Un ejemplo emblemático es la Alcazaba de Málaga, en el sur de España, que no solo servía como defensa contra los invasores sino también como residencia para los gobernantes musulmanes de la región. Esta alcazaba, junto con otras como la de Almería y la de Granada, atrae a miles de visitantes cada año, interesados en explorar su arquitectura única y sumergirse en la historia que sus muros han presenciado.